Los mensajes permanecen, pero la forma de verlos cambian. La estructura de Twitter, al principio apta para mandar textos cortos sin fotografías, iconos ni por supuesto GIFs, ha evolucionado hasta convertirse en una plataforma en la que incluso se puede emitir vídeo en directo o tuitear desde el Vaticano o desde el espacio.
El lenguaje de esta red (y, por tanto, el de todos sus usuarios) ha cambiado en esta década. ¿Quién se imagina un Twitter sin trending topics o sin posibilidad de retuitear, o webs en las que no hubiera un botón para poder compartir sus contenidos en esta red? Pues ninguno de ellos existían cuando se lanzó.
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