Con estas expresiones comienza el reportaje de Jenaro Villamil: “La batalla en tribunales entre la empresaria María Asunción Aramburuzabala, propietaria de la inmobiliaria Abilia, y los esposos Teresa Adriana Pérez Romo y Joaquín López-Dóriga apenas inicia … El litigio ha destapado el modus operandi de la extorsión del conductor estelar de Televisa y Radio Fórmula”.
Villamil detalla el patrimonio de López-Dóriga:
1.-
Al menos seis departamentos de lujo en el Club de Golf Bosques.
2.-
Siete apartamentos en la Colonia Polanco.
3.-
Un lujoso yate valuado en 40 millones de pesos.
4.-
Una suite en residencial Villa Alejandra, de Acapulco.
5.-
Millonarios ingresos a través de dos empresas, Akron y Ancla, que han recibido
más de 237 millones en contratos por menciones, campañas y entrevistas de
dependencias federales entre 2001 y 2015.
Según
informa Villamil, “la revelación de un presunto intento de extorsión por más de
5 millones de dólares por parte del matrimonio López Dóriga destapó lo que entre políticos y empresarios era conocido
desde hace más de una década: el Teacher de Televisa
presiona de esa manera a quienes no aceptan sus condiciones e intereses”.
Después, el reportero de Proceso analiza la posibilidad de que
López-Dóriga deje la empresa
televisora que preside Emilio Azcárraga:
“Los rumores sobre su salida de Televisa, suscitados a raíz del
pleito jurídico con Aramburuzabala, arreciaron en los últimos días. Fuentes de
la empresa confiaron a Proceso que
el 30 de septiembre se pretendía relevar al conductor de El Noticiario de Canal
2, pero la posibilidad se frenó para no vincular el hecho al litigio
inmobiliario con la heredera del emporio de la Cervecería Modelo y ex socia de
Televisa”.
Recuerda el colaborador de Proceso que “los rumores en Televisa se incrementaron a
raíz de que el Tribunal de lo Contencioso Administrativo (TCA) del Distrito
Federal resolvió a favor de Aramburuzabala en el juicio de lesividad sobre la
construcción del desarrollo inmobiliario de la calle Rubén Darío 225, en una de
las zonas de mayor plusvalía en la Colonia Polanco, al lado justamente del
edificio Rubén Darío 223, donde los López Dóriga
son propietarios de un departamento de 552 metros cuadrados y un valor de 5
millones de dólares, según los datos del Registro Público de la Propiedad”.
Jenaro Villamil no deja de mencionar que “la batalla entre
Aramburuzabala y López Dóriga no se agota en el
litigio inmobiliario. Los abogados de la empresaria interpusieron otra
averiguación previa por extorsión en contra de los ‘probables responsables’ de
pedir un pago de 5 millones de dólares, más 600 mil dólares de pago de
honorarios para el abogado Becerra Pocoroba y
‘la reconstrucción de aproximadamente la mitad de las banquetas de la Colonia
Polanco y sus luminarias’, petición de vecinos que encabezan Gabriela Torres
Ramírez y Adriana Pérez Romo López Dóriga,
esposa del conductor de Televisa”.
Los negocios de López-Dóriga,
de acuerdo a lo dado a conocer en Proceso, tienen que ver con la venta que él
hace, no los medios en los que trabaja, de “menciones”, es decir, “publicidad
presentada como información periodística o noticiosa, algo prohibido desde
septiembre de 2014 por la Suprema Corte de Justicia de la Nación a raíz de las
reformas constitucionales en materia de libertad de expresión y derecho a la
información”. Para ese negocio, López-Dóriga
tiene dos empresas, las ya citadas Astron y
Akron.
Dice Villamil que, “paradójicamente, López-Dóriga no es concesionario
de ningún medio electrónico ni dueño de medio impreso alguno, pero sus dos
empresas obtienen ingresos mucho más elevados que, incluso, Radio Fórmula,
desde donde transmite sus ‘comentarios’ y su noticiario vespertino”.
En Televisa dicen que ese es un asunto que Radio Fórmula tendrá
que resolver con López-Dóriga.
Joaquín López-Dóriga ha dicho, en
Milenio, que son falsos los certificados de defunción que se han redactado
sobre su trabajo periodístico. ¿En serio lo cree?
La verdad de las cosas es que sobran periodistas honestos, con
prestigio, experiencia en la TV y autoridad moral para reemplazar a López-Dóriga.
En Televisa hay dos personas que nunca han sido acusadas de
ningún comportamiento periodístico indebido, Denise Maerker y Carlos Loret de
Mola. Fuera de Televisa también hay opciones creíbles y honorables, como Ciro Gómez Leyva, Yuriria Sierra y Carmen
Aristegui.
Para no seguir perdiendo en esta guerra que ya lo ha destruido,
López-Dóriga tendría que empezar
a trabajar con los directivos de Televisa en un proyecto que, por un lado,
ayude a la televisora a encontrar a un sucesor o sucesora, y por otra parte
implique la salida más decorosa para un periodista que llegó a tener una buena
reputación y que hoy la ha perdido por completo.
Federico Arreola – Revista Proceso.
Federico Arreola – Revista Proceso.
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