53 años después del fallecimiento aún
extraño de la leyenda y símbolo sexual Marilyn Monroe, salen a la luz declaraciones
de quienes fueran los empleados fúnebres que se encargaron de sus restos tras
el trágico suceso. Y es que Alan Abbott y Ron Hast hicieron públicas
revelaciones que hablan del supuesto estado en el que fue hallada la figura que
hoy día es parte de la cultura pop en el mundo después de su deceso.
Manifiestan una decepción hacia la estrella, pues según ellos su estado lamentable radicaba en que su dentadura no era de piezas originales y sus senos también eran falsos.
Pardon My Hearse es el documento que hicieron público donde no sólo la luminaria de Hollywood salió evidenciada, sino que otras figuras también son exhibidas de una forma oportunista.
los enterradores avanzaron que Marilyn estaba tumbada boca abajo en su cama, su cuello estaba amoratado e hinchado y su cara presentaba manchas de color púrpura.
En general, Abbott y Hast se sintieron decepcionados ante la poca sensualidad de la muerta.
"Hacía tiempo que no se teñía, ya que sus raíces eran oscuras y habían crecido alrededor de media pulgada. Su color natural del pelo era marrón claro, no rubio. No se había depilado las piernas desde hacía al menos una semana, sus labios estaban muy agrietados. También necesitaba una manicura y una pedicura", escriben.
Lo peor es la violencia eterna contra Marilyn Monroe: no se le permite estar fea ni siquiera el día de su muerte. Ser un icono, un objeto de consumo de masas implica que su figura puede seguir explotándose como un pozo sin fondo.
Manifiestan una decepción hacia la estrella, pues según ellos su estado lamentable radicaba en que su dentadura no era de piezas originales y sus senos también eran falsos.
Pardon My Hearse es el documento que hicieron público donde no sólo la luminaria de Hollywood salió evidenciada, sino que otras figuras también son exhibidas de una forma oportunista.
los enterradores avanzaron que Marilyn estaba tumbada boca abajo en su cama, su cuello estaba amoratado e hinchado y su cara presentaba manchas de color púrpura.
En general, Abbott y Hast se sintieron decepcionados ante la poca sensualidad de la muerta.
"Hacía tiempo que no se teñía, ya que sus raíces eran oscuras y habían crecido alrededor de media pulgada. Su color natural del pelo era marrón claro, no rubio. No se había depilado las piernas desde hacía al menos una semana, sus labios estaban muy agrietados. También necesitaba una manicura y una pedicura", escriben.
Lo peor es la violencia eterna contra Marilyn Monroe: no se le permite estar fea ni siquiera el día de su muerte. Ser un icono, un objeto de consumo de masas implica que su figura puede seguir explotándose como un pozo sin fondo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario