A pesar de que Samsung haya parado sus ventas, lo más seguro es que siguieran apareciendo historias parecidas. Y en este caso bastante más grave: la explosión del teléfono hizo cenizas nada menos que un Jeep Grand Cheerokee.
La pareja al que pertenecía el vehículo se encontraba en un pequeño mercado local. Y mientras preparaban un escritorio que habían comprado para su hija, el hombre había dejado su nuevo Note 7 cargando dentro del Jeep. Cuando iban a volver su perro los estaba alertando, pero ya era demasiado tarde: el auto estaba en llamas.
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